- Comerciantes: Rubén Darío Pérez, Francisco Alviarez, José Leonardo Rojas, Simón Carrero, Pedro Franchesconi. Hombres en el Gobierno: Dr. Diógenes Escalante. General Eleazar López Contreras. Ya después de 1930 el periodo gómecista empieza a declinar y eclipsar, ello lleva a que Queniquea viva en una aparente tranquilidad, las mujeres comparten los café de tarde con sus amigas y los hombres escuchan a Gardel en la vieja Vitriola en la casa de Don José Gregorio Pulido o van a una pelea de gallos. En el año de 1934 toma la Jefatura Civil el Coronel Melitón Mora y con él se escribirá una de las páginas más oscuras de la historia de la Queniquea del siglo XX. El Gómecismo esta por morir y un queniqueo dejará su firma en la historia del país. El 7 de octubre de 1936, bajo el mandato del país del General Eleazar López Contreras, Queniquea estaba bajo el poder del Coronel Melitón Mora, quién no quería entregar la Jefatura Civil. Se armó tremenda trifulca entre Julián Carrero, quién tenía un pleito severo con Ángel María Salcedo por la Prefectura. Aquella noche - señala Doña Ana Francisconi - sale herido Don Julián Carrero, a este le salvo la vida Dona Teresa Roa, quién en ayuda de Don Pedro Francisconi intercedieron para que no mataran a Don Julián. Un familiar de Don Julián, de nombre Carmen Carrero, estaba en estado y aborto cuando vio que a Julián lo habían herido. En la pelea Doña Itala Pulido de Roa, casada con Don Luís Roa se llevó a Digna Roa, una niña recién nacida a su casa. Era aquel 7 de octubre víspera de la Virgen del Carmen, y en esa marea de emociones el Coronel Melitón Mora mata a Argimiro Varela con una daga, de una puñalada. Este Argimiro Varela era familia de Monseñor Ramírez. Se dijo que Argimiro estaba armado con un revólver, pero dicha arma nunca apareció. Esa misma noche murió también el Coronel Melitón Mora y un policía de apellido Roa. A finales de 1936 Don Julián Carrero toma la Jefatura Civil, y Queniquea se enrumba al progreso, no sólo tiene a un hijo de ese pueblo en la Presidencia, sino que con educación y trabajo se preparan a enfrentar el siglo XX, que es como señala la historia que empieza en Venezuela bajo el mandato civilista de Eleazar López Contreras. Queniquea se pregunta el devenir después de la muerte del Benemérito, un queniqueo en la Presidencia, un queniqueo que no ha pisado las calles de Queniquea desde su nacimiento en 1883, así son las cosas. Aunque aún se llega en mula o caballo al pueblo, Queniquea se lanza a la conquista de la era moderna. Con López Contreras en el poder la carretera llega al poblado. En esa nueva etapa histórica del pueblo, llega de manera igual la luz eléctrica, que antes era proporcionada por lámparas de kerosén, mecheros y velas. Por lo que antes de la luz eléctrica la gente se acostumbraba a acostarse temprano - señala en entrevista amena Doña Ana Francisconi-. La gente de Queniquea era sana, casi no había enfermedades. Es Juan Ramón Chacón quién es enfermero y su curiosidad lo hizo por mucho tiempo el medico de Queniquea, ya que al poblado sólo llegaban médicos practicantes que iban a Queniquea por cortos lapsos de tiempo. Antes, el medio de transporte era el caballo y las mulas. Y el primer carro lo trae a Queniquea el señor Carmelo Cárdenas. Entre 1933 y 1940 son maestras Elena Bermeci y Adela Zambrano. Doña Cleotilde Escalante llevaba el correo del pueblo. La Colorada y La Blanca eran las aldeas más belicosas, donde los problemas se arreglaban con armas blancas. Se daban muchos pleitos por las peleas de gallos. Doña Ana Francisconi recuerda a Gelasio Moreno como uno de los más afamados gallistas de la época. Las casas eran de una planta, con un jardín en el centro. La gente se dedicaba al campo, al café y la caña. Por lo que habían trapiches en Delicias, Machado y Los Barros en la zona del Altico. Para este tiempo habían muy pocas casas en Queniquea alrededor de la plaza. Y el miche ha sido y estado en Queniquea - se limita a señalar Doña Ana Francisconi - y las paradas de niños, los bautizos, los cumpleaños se daban con grandes “comilonas”. Y las fiestas se daban en diciembre, en torno a las misas de aguinaldo y la navidad. Los José Gregorio Pulido que vivían en San Pablo se trasladan a Queniquea. Era la época que se vendía kerosén en las bodegas y tiendas, entre ellas la de Doña Carmen Contreras y la Carnicería de Don José Antonio Zambrano. Una tienda de ropa la atendía Don Teofilo y Francisco Ramírez frente a la plaza. Donde hoy funciona Banfoandes desde los años 50 funcionó una Bodega de Carmelo Duque, que antes la tuvo en la carrera 2. José Antonio Carrero, hermano de Julián Carrero hacía las urnas y era el sepulturero del pueblo. En los 70 llegara de La Pérez Doña Flor Zambrano y su esposo Amadeo Moncada y colocaran una tienda al lado de la iglesia del Rosario. Don Clemente Narváez fue uno de los primeros queniqueos en participar en el desarrollo de una ruta de Expresos Queniquea - San Cristóbal, donde los primeros buses de transporte estaban sostenidos sobre un camión con sillas de madera. El liceo Don Simón Rodríguez fue fundado en 1974 con lo que se consigue un nuevo avance para Queniquea. Y, quizá el queniqueo sigue su rumbo a un futuro grande, y aquel caminante misterioso, curioso se detendrá ante aquella tumba, desconocida o no, quizá este allí Mateo o Juan Antonio Roa, héroes emblemáticos de esta montaña azul del sur.
Friday, July 1, 2011
Queniquea
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